Su pareja se acerca al pediatra y en unos segundos que se hacen eternos, aparece a su lado con su pequeña.
La coge. El miedo le muerde con fuerza el pecho. “Soy madre” piensa.
Mira esos ojos grandes que la miran expectantes, como si esperaran algo de ella. Sin saber muy bien qué tiene que hacer ahora comienza a hablarle.
“Hola, soy mamá. Bienvenida. No nos conocemos y soy tu mamá y tú mi hija. Da miedo ¿verdad? No te puedo prometer ser una buena madre porque nunca lo he sido antes. Tendrás que enseñarme. Me asusta mucho no saber cómo vas a ser, qué te gustará, si serás simpática, divertida, sensible, amable, curiosa… espero que nos llevemos bien”
0 comentarios